Taller de redacción 2006
Herramienta interactiva del Taller de redacción del Instituto ICREA coordinado por el escritor venezolano Jesús Nieves Montero
Acerca de mí
- Nombre: Jesús Nieves Montero
- Ubicación: Caracas, Distrito Capital, Venezuela
Escritor, docente de escritura creativa con 10 años de experiencia y entusiasta del vino. Ha publicado los libros de relatos Juegos de amor/Juegos de memoria, Juegos de perdón y las novelas cortas Últimos Juegos y Pies de Barro. Ensayista, asesor de contenido y colaborador en diversas publicaciones,comunicador 2.0 y wine videoblogger. Creador de los programas La videoguía del vino en Venezuela, El vino de la semana y De vinos en Panamá. Autor de la columna Crónicas de la copa.
sábado, marzo 24, 2007
Sobre las emociones primarias y secundarias
Aún cuando se ha avanzado mucho en materia de definir las emociones, hasta hoy, la psicología continúa estudiando si alguna reacción en particular se identifica con una emoción específica. Por ejemplo, si los escalofríos son una reacción exclusiva del miedo.
Pese a esto, la mayoría de los especialistas está de acuerdo en trazar una línea en el conjunto de las emociones humanas y distinguir aquellas que son primarias (evolutivamente) de las que son secundarias.
Para el célebre psicólogo Theodore Ribot, nuestra personalidad envuelve en su profundidad el origen de la gran trinidad afectiva constituida por el miedo, la cólera y el deseo: son los tres instintos nacidos directamente de la vida orgánica: instinto defensivo, instinto ofensivo, instinto nutricio.
Desde este punto de partida se mantuvieron el miedo y la cólera, y se agregaron la alegría y la tristeza, cuatro emociones que poseen también los mamíferos superiores, y quedó entonces conformado un cuadro de cuatro emociones primarias, con sus respectivas variedad de manifestaciones:
1. Cólera: enojo, mal genio, atropello, fastidio, molestia, furia, resentimiento, hostilidad, animadversión, impaciencia, indignación, ira, irritabilidad, violencia y odio patológico.
2. Alegría: disfrute, felicidad, alivio, capricho, extravagancia, deleite, dicha, diversión, estremecimiento, éxtasis, gratificación, orgullo, placer sensual, satisfacción y manía patológica.
3. Miedo: ansiedad, desconfianza, fobia, nerviosismo, inquietud, terror, preocupación, aprehensión, remordimiento, sospecha, pavor y pánico patológico.
4. Tristeza: aflicción, autocompasión, melancolía, desaliento, desesperanza, pena, duelo, soledad, depresión y nostalgia.
En ‘LA EXPRESIÓN DE LAS EMOCIONES EN EL HOMBRE Y EN LOS ANIMALES’, Charles Darwin planteó que ‘los principales actos de expresión que manifiestan el hombre y otros animales inferiores son innatos o heredados, es decir, el individuo no los ha adquirido’. Como prueba de que las emociones son innatas, señaló la similitud de las expresiones en una misma especie y entre diferentes especies. A Darwin le impresionó bastante el hecho de que las expresiones corporales del hombre que tienen lugar cuando se producen las emociones, sobre todo las faciales, son las mismas en todo el mundo, con independencia de los orígenes étnicos o culturales. También indicó que estas mismas expresiones están presentes en personas que han nacido ciegas y que, por tanto, carecen de la posibilidad de haber aprendido los movimientos musculares viéndolos en los demás, y que también están presentes en los niños que tampoco han tenido mucho tiempo para aprender a imitarlas.
Las emociones primarias suelen estar acompañadas de claros indicios físicos. Cuando usted está deprimido/a, su cuerpo se moviliza (o se desmoviliza) para desconectarse. Y cuando es feliz, su cuerpo se moviliza para asumir compromisos y acciones positivas. Se activan determinados músculos para apoyar ciertas acciones, y su cerebro envía mensajes especiales a sus glándulas endocrinas (que controlan la producción y la liberación de hormonas) y a su sistema nervioso autónomo (que regula los órganos sobre los cuales usted no ejerce control voluntario, como el corazón y el estómago).
LAS EMOCIONES SECUNDARIAS
Actualmente, para la mayoría de los autores existen ocho emociones básicas, de las cuales cuatro son primarias (como ya vimos) y otras cuatro son secundarias.
Las secundarias, con sus respectivas variedad de manifestaciones, son éstas:
1. Amor: aceptación, adoración, afinidad, amabilidad, amor desinteresado, caridad, confianza, devoción, dedicación, gentileza y amor obsesivo.
2. Sorpresa: asombro, estupefacción, maravilla y shock.
3. Vergüenza: arrepentimiento, humillación, mortificación, pena, remordimiento, culpa y vergüenza.
4. Aversión: repulsión, asco, desdén, desprecio, menosprecio y aberración.
Otros teóricos consideran emociones básicas a las 8 mencionadas hasta ahora (primarias y secundarias), y postulan que las emociones secundarias serían el resultado de fusiones o mezclas de las más básicas. Izard, por ejemplo, describe la ansiedad como la combinación del miedo y de dos emociones más, que pueden ser la culpa, el interés, la vergüenza o la agitación.
Plutchik ha expuesto una de las teorías mejor desarrolladas sobre la combinación de las emociones. Utiliza un círculo de emociones, análogo al círculo cromático en el que la mezcla de colores elementales proporciona otros. Cada emoción básica ocupa un lugar en el círculo. Las combinaciones compuestas por dos emociones básicas se llaman ‘díadas’. Las compuestas por emociones básicas adyacentes en el círculo se llaman ‘díadas primarias’; las compuestas por emociones básicas separadas entre sí por una tercera se llaman ‘díadas secundarias’, etc. (Ver figura).
En este esquema, el amor es una díada primaria resultante de la mezcla de dos emociones básicas adyacentes: la alegría y la aceptación, mientras que la culpa es una díada secundaria formada por la alegría y el miedo, que están separadas por la aceptación. Cuanta más distancia haya entre dos emociones básicas, menos probable será que se mezclen. Y si dos emociones distantes se mezclan, es probable que surja el conflicto. El miedo y la sorpresa son adyacentes y se combinan directamente para dar lugar a un estado de alarma, pero la alegría y el miedo están separadas entre sí por la aceptación, y su fusión es imperfecta: el conflicto resultante es la fuente de la culpa.
Tanto las emociones primarias como las secundarias casi nunca se presentan aisladas, mas bien son una combinación de todas las familias de emociones básicas mencionadas. Por ejemplo, los celos pueden ser una combinación de enojo, tristeza y miedo.
Finalmente, conviene mencionar otra categoría que podría incluir los sentimientos personales que pueden ser de estimación propia o egocéntricos como el orgullo, la vanidad y el narcisismo, contrarios a la simpatía, el amor o la compasión.
(Fuente: portal de Inteligencia emocional)
Etiquetas: Lecturas
Teoría expresión de ideas y sentimientos
Como hemos dicho en la primera sesión, escribir es pensar despacio. Sin embargo, debemos considerar que existen diferentes momentos de ese pensar, a veces es una lenta meditación sobre una amplia variedad de temas, un estudio exhaustivo sobre un aspecto muy específico o la expresión de una gama de sentimientos. En primer lugar hablaremos de aquellos momentos en las cuales las ideas predominan.
Debemos dejar claro que la expresión de las ideas no necesitan tener una rigidez excesiva o una objetividad exagerada; podemos partir de datos, hechos, teorías o principios pero podemos desarrollar, dependiendo de nuestro manejo del lenguaje, formas incluso cercanas a las literarias ( a través de metáforas o símiles, por ejemplo) no con un objetivo meramente estético sino para ilustrar nuestro planteamiento.
Para la expresión de ideas debemos considerar
Precisión y exactitud: en realidad existen varios caminos para alcanzar la claridad, pero debo tratar de llegar a ella de la manera más eficaz, utilizando la menor cantidad de recursos posibles. Cuando somos precisos no nos contentamos con aproximaciones y cuando somos exactos podamos lo superfluo. Este factor que afecta el estilo de ideas depende, en gran medida, de la actitud.
2)La expresión de sentimientos
Según Schökel, la principal complicación al momento de expresar por escrito sentimientos reside en la “enorme variedad y riqueza de aspectos, matices, determinaciones individuales, según la persona, el momento, la edad y la situación.” Así la soledad, el amor, la ternura pueden cobrar características bastante diferentes si la ven un niño en un barrio de Caracas, un anciano en un suburbio de Nueva York o un catedrático de mediana edad en Roma.
Los sentimientos se puede expresar de varias maneras:
Directas: etiquetando el sentimiento (“Yo te amo”) o dando tonalidades, matices a ese sentimiento (un amor apasionado, una soledad devastadora).
Indirectas: el método indirecto, a través de enumeraciones de sensaciones diversas, de comportamientos, de actitudes intenta delinear un sentimiento que debe ser descubierto por el lector. (“Tantos libros, tantas palabras, carros, historias, fantasmas y tu ausencia” para expresar soledad).
3)Los recursos
Para expresar ideas o sentimientos, existen algunos recursos comunes para realizar esta tarea:
Metáfora: es un recursos en el cual se usan las palabras con un sentido distinto del que tienen propiamente. (“caían perlas del cielo”, por gotas de lluvia)
Alegoría: representación de una cosa o idea abstracta por medio de un objeto que tiene con ella cierta relación real, convencional o creada por la imaginación. (el caso de la novela de George Orwell, Animal farm, en la cual los conflictos políticos sociales de la humanidad se presentan en forma alegórica a través de los conflictos de un grupo de animales en una granja).
Comparación: como su nombre lo indica, se toma un objeto o situación y se presenta en semejanza o contraste con otro equivalente. A diferencia de la alegoría no hay una sustitución de alguno de los términos de la comparación.
Descripción: a través de rasgos, características y detalles se expone la idea o el sentimiento
Alusión: es una referencia a un hecho o dato para aclarar una idea, supone que el lector se mueve en un mismo marco referencial cultural que el escritor. Si uno dice: Por las noches era un Miranda en La Carraca, en caso de que lector comparta el código, se imaginará al prócer en el cuadro de Michelena y podrá comprender la alusión.
Alusión culta: cuando una idea o sentimiento se expresa con base en largas citas o referencias a autores, eventos o personajes cuyo conocimiento y manejo requiere una base cultural amplia.
Anécdota: es la narración breve de un hecho, con pocos personajes y sin demasiado desarrollo. Sirve para ilustrar alguna idea y, en muchas ocasiones, puede ser el punto de partida de un texto.
4)Los lugares comunes
Se trata de ideas corrientes y muy repetidas. Gran parte de los lugares comunes provienen de recursos (anécdotas, metáforas, símiles, entre otros) que en un primer momento eran originales y frescos pero ahora son sólo una construcción de palabras que no tiene significado propio. “El tortuoso invierno”, “las perlas de tu boca”, “tus ojos de azabache”, “la florida primavera”, “rápido como gacela”, por nombrar sólo algunos ejemplos, sirven para ilustrar que dado que bloquean nuestra expresión como escritores, es necesario que en las etapas de revisión, vayamos podando nuestros textos de lugares comunes.
Etiquetas: Material teórico
Quinta sesión: Ideas secundarias
Su importancia reside en la capacidad que tiene para darle especificidad y profundidad al texto, ofreciendo al lector la perspectiva particular del autor.
Existen básicamente dos tipos de ideas secundarias:
1)Las que giran directamente en torno al tema y premisas principales: estas son aquellas que apenas si plantean ejemplos u otros recursos para fijar y defender tema y premisa. Tienen como ventaja que pueden aportar a la claridad y concisión del texto, su gran desventaja es que, si no somos cuidadosos, podríamos terminar generando un texto innecesariamente repetitivo.
2)Las que aportan subtemas: estas son las que, para alimentar la premisa y el tema principales, proponen nuevos campos de exploración con una relación más o menos directa. La gran ventaja de este tipo de ideas secundarias es que apunta directamente a la profundidad del texto, puede ofrecer enfoques desde perspectivas diferentes a las del punto de partida; en contraparte, presentan como desventaja el hecho de que puede incurrirse en la tentación de seguir cada uno de estos subtemas y convertir así el texto en una divagación dispersa.
Etiquetas: Material teórico
Cuarta sesión: El tema y la premisa
Aunque es evidente que o bien aparecen juntos el germen de la historia y el tema, o una vez con el germen uno se pregunta acerca del tema, hay que tomar el consejo de Stephen King: empezar por las cuestiones e inquietudes temáticas es una de las recetas de la mala narrativa.
Quiero comenzar con una cita que, en su momento, organizó algunas de las ideas que yo tenía con respecto a los temas, es del cuentista norteamericano Raymond Carver, de su ensayo "La vida de mi padre":
During those years I was trying to raise my own family and earn a living. But, one thing and another, we found ourselves having to move a lot. I couldn't keep track of what was going down in my dad's life. But I did have a chance one Christmas to tell him I wanted to be a writer. I might as well have told him I wanted to become a plastic surgeon. "What are you going to write about?" he wanted to know. Then, as if to help me out, he said, "Write about stuff you know about. Write about some of those fishing trips we took."
La importancia para mí de ese pasaje tiene que ver con que la respuesta del padre de Carver, aunque simple en apariencia, me parece que tiene un significado más sutil. Le dice al hijo escribe sobre quién eres, sobre quién fuiste y quería retomar el aspecto íntimo, personal de la escritura. Como dijimos no hay nada "malo" antes de escribirlo, pero es triste tomar siempre una pose de lo que sea: moralista, ambientalista, buen esposo, padre, degenerado, libertino sexual, guía espiritual.
Hay escritores que recomiendan escribir sobre lo que se conoce. Hay que escribir sobre lo que a uno le importa, sobre eso se escribe mejor. Hay que escribir sobre aquello que nos obsesiona y excita y está visceralmente integrado a nuestra vida.
Lo cual no es limitativo porque conocer tiene que ver directamente con cada uno de nosotros, aquí el dicho de que "depende del cristal con que se le mire" es cierto y cada uno tiene su propio cristal. Siguiendo con esta imagen, lo que hay que hacer con el cristal es conocerlo, encontrarle un mango para manejarlo y, sobre todo, pulirlo. El mango se le consigue cuando se escribe continuamente o se analizan diferentes situaciones como posibles historias: es el proceso de reflexión que lleva al descubrimiento del cual hablábamos anteriormente. El cristal se pule leyendo, exponiéndose a la mayor cantidad de modelos posibles de ficción. No se puede ser mejor escritor que los libros que uno ha leído.
Hay que pensar y repensar el texto porque seguramente en ese proceso se topará uno con la vuelta particular, propia. La escritura no sólo le descubre al escritor los elementos de un relato determinado sino aspectos de sí mismos que no conocía o comprendía poco.
El tema no es bueno ni malo depende desde el punto de vista desde el cual se trata. Tenemos que conceder al artista su tema, su idea, su donnée: nuestra crítica se aplica solamente a lo que hace con ellos.
El principal tema de la mejor escritura abarca las emociones, los valores y las creencias.
La premisa
El tema es lo general, el macroobjetivo al cual apuntamos. La premisa es la vuelta particular, la forma como nos apropiamos de ese objetivo.
En definitiva, se trata de una frase que expone de la manera más clara posible aquello que deseamos decir sobre el tema.
Si mi tema es la justicia, mi premisa bien podría ser: los hombres que son honestos siempre logran tener las instituciones jurídicas de su lado; o bien: la justicia es un invento de los hombres para restringir su libertad.
Entonces tenemos que un mismo temas puede tener tantas premisas como escritores ingeniosos existan. La idea es que sea aquel aspecto del tema que es más relevante para nosotros.
En torno a la premisa hacemos girar las ideas, referencias, tesis, antítesis y todo el material que queremos exponer en nuestro texto.
La premisa debe ser una herramienta que nos permita mantener un rumbo coherente de nuestro texto y debe ser referencia obligada en el momento en cual debemos decidir descartar algunas ideas o informaciones.
Etiquetas: Material teórico
Tercera sesión: La precisión
De principio será corto. Incluso, debería bastar con un par de advertencias como que si todo para nosotros es un bicho o una vaina no vamos a ninguna parte, o que para describir a un novio o amante no basta con la fórmula de Diveana: Tus ojos, tus ojos, tus ojos, qué tienen tus ojos, tus ojos tus ojos.
Adolfo Bioy Casares recuerda que una vez leyó un halago sobre otro escritor que decía de aquél que escribía "usando todo el diccionario". Desde ese momento Bioy sintió que era eso lo que tenía que hacer escribir con esa abundancia y, cuenta, fue sólo el ensayo y error lo que permitió saber que no es necesario escribir con todo el vocabulario sino con el que exige el texto que se trabaja en un momento determinado.
Hay una relación entre vocabulario y visión: si el vocabulario es pobre, la visión es pobre y la mirada no puede ser original. Por eso hay que evitar ver, en lugar de las cosas, nombres o categorías (estudiante, árboles, bicho) y, si no se tiene, es bueno desarrollar, como ejercicio de voluntad, una curiosidad por el vocabulario.
La selección del vocabulario encierra valor. No es lo mismo usar, para describir a un grupo aproximadamente igual, las siguientes palabras: oposición, antichavista y escuálido.
La selección debe ser típica, comprensiva. Por eso, teóricamente, nos deberíamos entender en castellano, porque debemos poder descifrarnos sin mayores inconvenientes, sin embargo, un divorcio entre el escritor y los significados de las palabras que utiliza, termina en la incomprensión.
Escribir es seducir. La seducción tiene mucho que ver con hablar con gracia, pero esa gracia no se puede alcanzar con trucos baratos, que suenan a frases de abordaje de galanes de arepera.¿Cómo asegurarse de un trabajo relativamente efectivo con el vocabulario?
Con una visión relativamente clara de lo que se va a escribir que se precedida luego por una evaluación por las palabras que se han utilizado para armar esa visión. ¿Son las más precisas posibles? ¿Estoy seguro de ellas, de sus significados?
Cada vez que hago una selección de palabras debo estar consciente de que cada una de esas decisiones tiene sus implicaciones. Hay que medirlas, comprenderlas, ver cómo afectan la historia.
Hay que recordar que cada vez que se escribe se está frente a un proceso paralelo de creación y descubrimiento, por lo tanto, prestando atención a esto último, hay que recordar que los accidentes de la escritura tiene que ser observados. Si en un momento hace una elección que parece descabellada, coloca algo que parece tener poco sentido, es mejor revisarla y estudiarla un poco aunque sea una reflexión sin mayor impacto práctico en el texto que se está trabajando.
Hay que evitar la búsqueda maniática de sinónimos, no se puede obviar que cada elección tiene sus implicaciones (grande por extensa, bella por hermosa no son directamente equivalentes.
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sábado, marzo 17, 2007
Sesión 3: los tonos del lenguaje
Con tono general me refiero a la atmósfera que produce el conjunto de palabras con las que se cuenta una historia.
Todo es representación en palabras: los personajes nacen como masas de palabras, las acciones son verbos, las emociones son combinaciones de palabras que generan un efecto.
Hay tonos solemnes (Génesis):
En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
Tonos alegres (Caracas física y espiritual de Aquiles Nazoa):
El zapatico del niño que algunos hacen momificar en cobre (al zapatico, no al niñito), para colocarlo como pisapel en el escritorio; decirle a las visitas cuando se despiden "en esta humilde choza nos tiene a su orden".
Tonos apasionados:
(p. 403. del "Jinete polaco" de Antonio Muñoz Molina)
Tonos académicos (Hernández Sampieri, "Metodología de la investigación"):
Los elementos para plantear un problema son tres y están relacionados entre sí: los objetivos que persigue la investigación, las preguntas de investigación y la justificación del estudio.
Tonos afectados (Crónica social, El Nacional, Igor Molina):
El aroma penetrante y oleoso del incienso se sentía incluso fuera de la quinta Los Figallo, en El Cafetal. Cuando uno entraba para buscar al cumpleañero, el muy impecable Christian Verón, entre las cortinas de humo parduzco, lo primero que se encontraba era una mesa de narguile esperando a su fumador de turno.
Tono pesimista (Hambre de Knut Hansum)
Fue en aquella época cuando yo vagaba pasando hambre por Christiania, esa extraña ciudad que nadie abandona hasta quedar marcado por ella... En cuanto abrí los ojos empecé, como de costumbre, a preguntarme si ese día me tendría reservada una alegría...
Como se deben haber imaginado no son estos los únicos tonos. Además, sería posible enmarcar dentro de algunos de estos (o de otras categorías) algunos de los ejercicios que leímos la semana pasada. Lo importante es que, una vez más, no se puede decir que ninguno de estos tonos es incorrecto, hay que recordar que los mejores escritores ajustan el lenguaje al hablante y a la situación, para esto, la palabra clave es comprensión: si uno sabe que la situación es solemne, trivial, trágica, jocosa, con seguridad consigue el mejor tipo de lenguaje y la comprensión se logra por un (palabras de Forster) dejarse arrollar por el tema. Aparte, se debe tratar con respecto a algunos indicadores.
Los primeros de los factores a considerar, siguiendo Vargas Llosa, es que la coherencia interna y la necesidad son dos características de los materiales de la buena ficción, el lenguaje no podía ser la excepción. Necesitamos que ese tono general sea, precisamente, general. Cualquier salto injustificado sustrae al lector del mundo de la historia y le hace preguntarse: ¿por qué ocurrió?
De la coherencia interna hay que resaltar la consistencia, ésa es la clave: el lenguaje tiene encontrar, incluso cuando es mixto, híbrido una cierta consistencia para no hacer saltar al lector y esta decisión debe ser consciente.
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Segunda sesión (2da parte): Los niveles del lenguaje
Al profundizar en el lenguaje vemos que tenemos posibilidades mayores y es la que ponemos en práctica cuando componemos o redactamos esas notas, cartas, correos electrónicos, memorandos y otros documentos que nos exige nuestra vida. Allí utilizamos otras estrategias, damos cierto valor a las palabras como entes individuales, aunque, por lo general, cada vez que tengamos la ocasión, nos inclinaremos por los lugares comunes y las fórmulas que nos permiten cumplir nuestros objetivos. De nuevo se trata de un nivel necesario.
Luego viene un nivel aún mucho más profundo y es el del lenguaje especializado, el cual se caracteriza por el uso de jerga muy específica de ciertas ciencias, artes o disciplinas, hay una intención de precisión muy importante y esto nos permite crear mensajes que podrán ser comprendidos y compartidos, básicamente, por aquellas personas que dominen los mismos códigos.
Finalmente, podríamos decir que se llega al lenguaje emocional. Este es el lenguaje en el que, teóricamente, componemos nuestros texto más creativos, donde problematizamos la escritura. En un lenguaje que, utilizando las mismas palabras que los otros, existe una carga emotiva significativa.
Siempre es interesante preguntarse: ¿en qué se parecen y se diferencian una gran novela de un diccionario o una guía telefónica? Se asemejan en que ambas son ordenaciones intencionadas de palabras. Se diferencias en que mientras la precisión y frialdad del método alfabético domina en las últimas, en una buena novela es la emoción, el sentimiento que le imprime el autor lo que le da orden a esas palabras.
Es en este nivel de lenguaje emocional donde debemos trabajar.
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Segunda sesión: El triángulo de significado
Tomemos la palabra “mesa”. Realmente, “mesa” es la combinación de cuatro letras. Pero, como hablamos el idioma, sabemos que cada vez que escuchamos, leemos o escribimos mesa nos referimos a un “mueble compuesto por un tablero liso sostenido por uno o varios pies y que sirve para comer, escribir, etc.”. Y, además, cada vez que vemos un mueble de estas características podemos diferenciarlo de una silla o un sofá.
La importancia de comprender esto es que para un mismo objeto, incluso para un mismo concepto pueden existir diferentes palabras que sirvan para nombrarlos, pero la elección de cualquiera de esas palabras no es perfectamente equivalente.
La selección del vocabulario encierra valor. No es lo mismo usar, para describir a un grupo aproximadamente igual, las siguientes palabras: trabajadora sexual, prostituta o puta. Cada una expresa de manera contundente mi intención. Cada vez que hago una selección de palabras debo estar consciente de que cada una de esas decisiones tiene sus implicaciones. Hay que medirlas, comprenderlas, ver cómo influyen en el texto.
Mientras estemos desarrollando nuestros textos estaremos frente a un proceso paralelo de creación y descubrimiento, por lo tanto, prestando atención a esto último, hay que recordar que los accidentes de la escritura tienen que ser observados. Si en un momento hace una elección que parece descabellada, se coloca algo que parece tener poco sentido, es mejor revisarla y estudiarla un poco aunque sea una reflexión sin mayor impacto práctico en el texto que se está trabajando.
Hay que evitar la búsqueda maniática de sinónimos, no se puede obviar que cada elección tiene sus implicaciones (grande por extensa, bella por hermosa no son directamente equivalentes).
Etiquetas: Material teórico
Sesión 1: Introducción
Un escritor afirmó: escribir es pensar despacio. Esa es una interesante aproximación al hecho de escribir. Cuando hacemos uso de la palabra hablada constantemente somos elípticos, hacemos reducciones de distinto tipo que nos hacen apenas comprensibles; es un uso del lenguaje utilitario, para la inmediatez. Cuando escribimos tenemos tiempo para las incertidumbres, para la reflexión —más o menos fructífera dependiendo de nuestro manejo del lenguaje— en torno al texto que estamos construyendo. Por esta razón conocer y ejercitar las herramientas de redacción debería ser una preocupación prioritaria para cualquier persona.
2)La cultura de los libros
El escritor argentino Jorge Luis Borges, decía sobre los libros: "De los muchos materiales del hombre, el más asombroso es sin duda el libro. Los demás son extensiones del cuerpo. El microscopio, el telescopio son extensiones de la vista. El teléfono es la extensión de la voz, Luego tenemos el arado y la espada como extensiones de su brazo. Pero el libro es otra cosa, el libro es una extensión de la memoria y de la imaginación".
Por eso no es un hecho trivial el que haya culturas que se dedicaran en ciertos momentos a quemar libros, tratando de borrar las ideas de personas dentro de sus mismos integrantes o de otras culturas buscando la dominación de éstas.
Cuando escribimos, aunque no tengamos la intención de ser publicados, estamos entroncados con esta cultura la cual ha permitido a la humanidad conservar ideas e historias como las tragedias griegas, los relatos bíblicos, los primeros preceptos legales, entre otras expresiones culturales que aún influencian poderosamente nuestra vida, por lo tanto, el acercamiento a las técnicas de redacción debe ser de respeto y una honesta intención de no traicionar esta cultura.
3)La redacción
Gonzalo Martín Vivaldi, en su “Curso de redacción”, define: “redactar, etimológicamente, significa compilar o poner en orden; en un sentido más preciso, consiste en expresar por escrito los pensamientos o conocimientos ordenados con anterioridad”.
Esta primera idea nos acerca a otra del escritor norteamericano Henry James quien comentaba que “la vida es toda inclusión y confusión; la escritura, selección y discriminación”. De cualquier manera el primer paso será fijar nuestra atención en un tema, en una idea, en una anécdota y, a partir de ella, comenzar ese trabajo, primero de recopilación, de detección de todas aquellas ideas relacionadas y, posteriormente, el de jerarquización en aquellas ideas principales y secundarias, el punto de vista y, sobre todo, la intención de nuestro texto.
Prosigue Martín Vivaldi, diciendo: “Redactar bien es construir la frase con exactitud, originalidad, concisión y claridad”.
Primero observamos el verbo construir: es decir, media un esfuerzo, una técnica y de allí surge la frase. No es sólo talento innato ni ráfagas de inspiración, hay un conjunto de técnicas artesanales para moldear el lenguaje a nuestras intenciones.
Luego tenemos la exactitud: uno de los conceptos más repetidos —y ciertos— en la enseñanza de la escritura es el siguiente: el detalle es la vida de la escritura. La escritura es expresión, no sólo de sentimientos sino del marco referencial cultural en el cual nos desenvolvemos, necesitamos las palabras precisas, las más apropiadas y los adjetivos y las explicaciones más pertinentes, así se está en camino de construcción de un buen texto.
Posteriormente se habla de la originalidad. Esta es posible que sea una meta sólo al alcance de grandes escritores, sin embargo, en una escala menor, podemos esforzarnos en evitar los lugares comunes, la jerga técnica y los coloquialismos innecesarios, en fin, todas aquellas máscaras del lenguaje que establezcan un molde que nos impida expresarnos.
Finalmente, se habla de la concisión y la claridad. Debe haber un esfuerzo constante para evitar la dispersión, necesitamos concretar nuestras ideas y exponerlas al lector para que conozca de qué se le habla. Y esto debe hacerse de una manera clara, de una manera eficiente, con el número de palabras suficiente para alcanzar la compresión.
4) Las metas de la redacción
Básicamente debería ser, en un primer momento, expresarnos, sentirnos satisfecho con la forma en la cual hemos expuesto por escrito nuestras ideas. La siguiente fase es la compresión por parte no de cualquier lector sino de un lector promedio informado acerca del marco referencial cultural en el cual se enmarca el texto.
Edgar Allan Poe decía: el efecto lo es todo. Y esta máxima, generalmente aplicada a la escritura de ficción, es extensible al resto de la escritura: si estamos redactando un anuncio clasificado, el efecto que deseamos lograr es la venta, allí nos tenemos que dirigir; si es una nota de prensa, el efecto puede ser meramente informativo o de reflexión; si se trata de un cuento puede querer lograrse la compasión, el temor y la risa; y así nos encontraremos con una intención por cada tipo de texto, a la cual deberíamos obedecer.
©Jesús Nieves Montero
Etiquetas: Material teórico
sábado, noviembre 25, 2006
Programa
Segunda sesión: Los niveles de lenguaje. Lenguaje superificial, de segundo nivel, jerga o lenguaje técnico y emocional
Tercera sesión: El triángulo de significado. Tonos y tipos de lenguaje
Cuarta sesión: La premisa y las ideas secundarias.
Quinta sesión: Precisión
Sexta sesión: Párrafo y oración
Séptima sesión: Recursos de expresión
Octava sesión: Expresión de ideas
Novena sesión: Expresión de sentimientos
Décima sesión: Puntuación
Undécima sesión: Perspectiva o punto de vista